Datos Bibliográficos

Título: Manual de Procedimientos Clínicos en Optometría Pediátrica y Estrabismo
Autoras: Catalina Palomo y Amelia Nieto (coords.)
Editorial: Ediciones Complutense
Año: 2017
Páginas: 169
ISBN: 9788466935333
Valoración:
4/5

Autora de la Reseña

Andrea Méndez Mourelle: Grado en Óptica y Optometría y Máster Universitario en Optometría y Ciencias de la Visión.

Sobre las autoras del libro

Catalina Palomo Álvarez y Amelia Nieto Bona son las autoras principales de este libro. Ambas pertenecen a la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), cuentan con una amplia experiencia docente y clínica en el campo de la optometría pediátrica y la visión binocular. También han desarrollado numerosos cursos, ponencias y publicaciones en esta área, tanto a nivel nacional como internacional.

Catalina Palomo es parte del grupo de investigación de Visión Aplicada de la UCM y Amelia Nieto está doctorada en Óptica, Optometría y Visión en 2010.

Resumen

Este manual es una guía esquemática sobre las diferentes técnicas y pruebas que se pueden aplicar en pacientes pediátricos o con alteración de la visión binocular.

Está estructurado en 13 capítulos, en los cuales se describen los diferentes procedimientos con detalle, así como las formas de anotación de cada una de las pruebas. También se dedica un apartado a la descripción de símbolos, abreviaturas y siglas, y otro a la bibliografía completa.

El primer capítulo está dedicado a la recopilación de datos de la historia clínica del paciente, donde remarca la importancia de la observación y anotación del motivo de consulta, así como la anotación de la historia ocular, médica y familiar del paciente.

El segundo capítulo describe los diferentes test de evaluación de agudeza visual más adecuados según la edad y colaboración del paciente y la manera de anotar los resultados.

Posteriormente, siguen dos capítulos dedicados a la evaluación de la sensibilidad al contraste y la visión del color, con pruebas adaptadas a los niños y niñas más pequeños.

En el capítulo 5 vienen detalladas las técnicas de refracción objetiva y subjetiva, prestando atención sobre todo a la retinoscopia, tan importante en pacientes pediátricos. También hay un apartado dedicado al examen de pupilas para detectar posibles anomalías y las siglas de anotación.

La evaluación de la fijación monocular viene explicada en el séptimo capítulo, donde se habla del ángulo kappa y el empleo de oftalmoscopia y el haz de Haidinger, para valorar si la fijación es central o excéntrica.

A partir del capítulo 8 hasta el 12, el libro se centra en la evaluación de la binocularidad.

Se destaca el uso de Cover Test, así como la importancia de valorar la comitancia de la desviación, es decir, la variación del ángulo en las diferentes posiciones de mirada. En este último caso, habla sobre test como el Cover test en las diferentes posiciones, de la varilla de Maddox o la pantalla de Hess-Lancaster. Uno de los apartados está dedicado a la correspondencia sensorial y se detallan pruebas como la del filtro rojo, o test de Bagolini, para determinarla.

La evaluación de la fusión y la estereopsis tiene dedicado un capítulo entero, donde se habla del filtro rojo, de las luces de Worth y los test vectográficos o polarizados para examinar la fusión; así como del test de Lang, TNO y Titmus para conocer el grado de estereopsis, adaptándonos a la edad del paciente.

En el capítulo 12 se centran en la explicación y funcionamiento del sinoptóforo y video- oculógrafo. El sinoptóforo es un instrumento que permite cuantificar los valores objetivos y subjetivos de la desviación, la evaluación de la fusión sensorial, vergencias y estereopsis. El video-oculógrafo es una técnica que proporciona el registro gráfico de la desviación y la motilidad ocular, basándose en una videocámara de infrarrojos que analiza las posiciones de los centros pupilares mientras el paciente fija un estímulo estático o en movimiento. En el manual se describen las diferentes partes de estos aparatos, así como la manera de emplearlos y anotar los resultados obtenidos.

El libro cierra con el capítulo 13, dedicado al examen del procesamiento de la información visual. En él se describe una batería de test para determinar la capacidad espacial visual, capacidad de análisis visual y capacidad motora visual.

En la parte relacionada con la capacidad espacio-visual, se incluyen ejercicios de equilibrio e integración bilateral (ángeles en la nieve), lateralidad (test de Piaget) y direccionalidad (test de Gardner). Para evaluar los movimientos oculares sacádicos, encontramos la descripción del test Developmental Eye Movement (DEM) y para las habilidades de análisis visual no motoras, el Test of Visual-Perceptual Skills (TVPS-3). En el último apartado viene especificado cómo evaluar las habilidades visuales motoras donde se incluyen la integración visuo-motora (test VMI), coordinación ojo-mano y rapidez visual motora (test DTVP) y el test “Copia una frase”.

Lo que se busca es evaluar si la ejecución del niño en estas pruebas es igual, mejor o peor que la de otros niños de su edad. De esta manera, podremos saber si el sistema visual está relacionado con problemas de aprendizaje.

La información recopilada por los diferentes test se utiliza para rellenar una ficha global para valorar si existe algún tipo de disfunción en las habilidades examinadas y poder hacer un plan de tratamiento para mejorarlas.

Opinión

Este manual me ha parecido muy práctico y útil, ya que describe con claridad las pruebas y procedimientos, así como la manera más clara de anotarlas. Por ello, es una herramienta a la que recurrir en caso de que surja cualquier duda, o simplemente para refrescar conocimientos que no empleamos diariamente en la práctica clínica, porque son aplicados en casos especiales.

Me pareció interesante la parte final dedicada a valorar el procesamiento de la información visual y los diferentes test empleados, ya que es una parte que nunca había estudiado con profundidad y creo que, con las instrucciones del libro, podría empezar a aplicarlo a ciertos pacientes pediátricos. En ocasiones vienen a consulta derivados por problemas en el colegio y los exámenes visuales habituales salen dentro de la normalidad: agudezas visuales buenas, Cover Test correcto, refracción correcta, etc., y, sin embargo, siempre me quedo con la sensación de que hay algo más que necesita ser evaluado y que nos aportaría más información útil del caso. Además, conociendo el problema de base, nos permitiría mejorar las habilidades del niño y, como consecuencia, su capacidad de aprendizaje.

¿Por qué lo recomendaría?

Recomiendo este libro a cualquier optometrista interesado en profundizar en las diferentes pruebas de evaluación sobre todo en niños, y quiera ir más allá de las pruebas convencionales. Es un buen recurso del que disponer en consulta.

 

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